La historia de Tartuflanghe comenzó en el año 1968, en el municipio italiano de Alba, cuando Beppe Montanaro abrió un restaurante especializado en setas y trufas. En 1975 decidió desarrollar una nueva idea empresarial: fundó Tartuflanghe junto a su esposa Domenica.
Desde entonces, su pasión por un producto simbólico de su región, la Trufa Blanca de Alba, les ha impulsado a imaginar y crear muchos productos innovadores, pero manteniéndose siempre fieles a la tradición.
Hoy en día cuentan con más de 20 hectáreas de truferas entre Langhe, Roero y Monferrato. Las trufas recolectadas se controlan una a una, se seleccionan y se catalogan según sus características sensoriales y estéticas. Las mejores trufas frescas se envían a todo el mundo, mientras que otras son procesadas por el equipo de Tartuflanghe para crear productos nuevos y únicos.
Los productos de la marca Tartuflanghe, desde los salados hasta los dulces, han sido galardonados en importantes concursos internacionales especializados en gastronomía de Europa y Asia.