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La historia de CARBONELL es la de una trayectoria de calidad desde hace más de un siglo ya que es en 1866 cuando Antonio Carbonell y Llacer, capitalista del S. XIX procedente de Alcoy, decide instalarse en Córdoba, convencido de que el aceite de oliva, comercializado con las exigencias de calidad que requería el mercado internacional, sería una fuente de riqueza y de trabajo para el campo andaluz. Su hijo, Carlos Carbonell y Morand, conseguirá a lo largo de su vida, con una clara visión de futuro consolidar la empresa.
MoreLa historia de CARBONELL es la de una trayectoria de calidad desde hace más de un siglo ya que es en 1866 cuando Antonio Carbonell y Llacer, capitalista del S. XIX procedente de Alcoy, decide instalarse en Córdoba, convencido de que el aceite de oliva, comercializado con las exigencias de calidad que requería el mercado internacional, sería una fuente de riqueza y de trabajo para el campo andaluz. Su hijo, Carlos Carbonell y Morand, conseguirá a lo largo de su vida, con una clara visión de futuro consolidar la empresa.
La incipiente vocación exportadora que animó a este empresario se puso rápidamente de manifiesto, ya que después de una crisis en los años iniciales de actividad, la empresa se consolidó a nivel nacional y empezó la proyección hacia mercados internacionales. A partir de aquí comienza una etapa de integración tanto vertical como horizontal que les permite una mayor estabilidad y rentabilidad.No obstante el paso decisivo para la definitiva materialización de la mencionada vocación se llevaría a cabo en 1888, año en el que CARBONELL ganaría el concurso internacional convocado por el Almirantazgo británico para la provisión de aceites para su Armada y recibió la Medalla de Oro por su aceite de oliva en la Exposición Universal de Barcelona en 1888. Este contrato de suministro se mantendría durante más de 30 años, lo que dado el amplio despliegue de la Royal Navy (la mayor flota del planeta por aquella época, en la que el Imperio Británico conoció su máximo esplendor bajo el reinado de la reina Victoria) extendió la marca prácticamente por todo el mundo.Carbonell fue nombrado "Proveedor Oficial de la Real Casa" en el año 1895. Aún se conserva el escrito de la Reina María Cristina en el que se le concedían estos honores.Los inicios del siglo veinte son testigos del desarrollo del prestigio comercial de la marca, que recibe numerosos premios en las diferentes Exposiciones Universales y certámenes en los que se presenta. En este apartado, merecen una mención especial, el Gran Premio de Honor de la República Argentina en 1911 y el Gran Premio de la Exposición Universal de 1904 en Saint Louis, Estados Unidos, dado que es el momento en el que se diseña el cartel de la "Gitana".
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